La universidad debe preparar individuos capaces de generar conocimiento para el futuro: Salvador Malo Álvarez

7 septiembre, 2017

 

• Durante la séptima sesión del Seminario sobre Autonomía Universitaria quedó de manifiesto que dicho concepto va de la mano con la evolución social.

Vivimos una revolución académica, el meollo de la educación está en alcanzar al desarrollo tecnológico en materia de difusión de la información, para dejar de enseñar conocimientos del pasado y preparar a los alumnos para producir el conocimiento del futuro, afirmó el titular de la Dirección General de Educación Superior Universitaria (DGSU) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Salvador Malo Álvarez.

Durante la séptima sesión del Seminario Nacional sobre la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, organizado de manera conjunta por la Comisión para la Celebración del Centenario de la Casa de Hidalgo, la Secretaria Académica y el Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita-Archivo Histórico, el doctor en Física habló de los orígenes de la universidad en el mundo y su cambiante misión a través de los tiempos, a directores de facultades, funcionarios, profesores y alumnos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, encabezados por el rector Medardo Serna González.

Resaltó que en sus inicios y durante varios siglos, la universidad era un lugar de privilegio en donde se enseñaba la religión católica, latín y griego, cuyo acceso estaba restringido a clérigos, nobles y los administradores al servicio de la nobleza en Europa.

No fue hasta el siglo XII que la educación se torna laica e incluye materias como música, gramática, matemáticas y astronomía. Posteriormente se abrieron escuelas de medicina, en la que se compartía el saber de quienes fungían como médicos, más que tener nuevos conocimientos. El acceso a estudiar en estos sitios seguía siendo de privilegio para unos cuantos.

La universidad entendida como un centro del conocimiento de acceso para todos los jóvenes, reveló Malo Álvarez, no surgió sino a mediados del siglo XX, “pese a ello hoy, en el año 2017, en México sólo 37 por ciento de los jóvenes cursan una carrera universitaria, mientras en países como Corea lo hacen el 90 por ciento de su juventud”, contrastó.

Actualmente a nivel global 250 millones de estudiantes cursan una licenciatura, de los cuales 4.4 millones son mexicanos. Casi un tercio del total de jóvenes en México van a una universidad pública y el otro tercio a universidades privadas. El resto se divide en otros sistemas de educación superior.

Salvador Malo buscó la reflexión de estudiantes, académicos y autoridades universitarias, en torno a la responsabilidad de las universidades para impartir estudios con calidad frente al desenfrenado crecimiento de la tecnología y poder dentro de la autonomía que les otorga la ley, preparar acertadamente a las nuevas generaciones.

Enumeró como las principales tendencias de la educación actual la flexibilidad, centrada en el aprendizaje de los estudiantes; el desarrollo de competencias y pensamiento crítico; la atención a la innovación e impulso a la investigación; el uso intenso de tecnologías digitales e involucrar a los estudiantes en el proceso educativo.

El ex rector nicolaita Jaime Hernández Díaz, especialista en Derecho e Historia, centró su análisis en una reflexión sobre la influencia política y social en el logro de la autonomía universitaria y cómo el concepto de libertad y soberanía en la Casa de Estudios fue cambiando de acuerdo a la evolución social en los últimos cien años.

La recuperación de los orígenes de la universidad como un centro en el que la libertad de cátedra y pensamiento, así como de gobierno, concluyó Hernández Díaz, nos ha hecho posible ser lo que somos hoy, nos ha permitido diferenciar el trabajo político militante del académico comprometido con la Institución, con respeto a la diversidad de ideologías políticas o creencias religiosas.

Hoy, la autonomía tenemos que defenderla, revalorarla y replantearla -sugirió el historiador- hay que seguir debatiendo el cómo se incorpora la autonomía de la Universidad Michoacana en base a las políticas públicas de acreditación, que podrían limitar la tradición humanista que desde sus orígenes ha distinguido a la Casa de Hidalgo.

Finalmente, con una visión hacia el futuro, el secretario Auxiliar de la UMSNH y coordinador de la Comisión de los Festejos del Centenario, Héctor Pérez Pintor, esbozó los nuevos paradigmas que de cara a un nuevo siglo debe asumir la Casa de Estudios.

Retomó el concepto de universidad autónoma como un fenómeno que ha ido cambiando en su definición al tiempo que la propia sociedad ha caminado hacia horizontes de mayor igualdad y democracia, tal cual explicaron quienes le antecedieron en la palabra.

Además de implicar un bien público, la autonomía pensada desde la universidad contiene también la responsabilidad social por difundir los conceptos que deben imperar en una sociedad del futuro como el respeto a los derechos humanos, la no violencia y equidad de género; a la diversidad, a los derechos de los pueblos originarios, el cambio climático, el ahorro de energía y la producción de energías alternativas.

Aunque la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos permite a las universidades determinar sus líneas de investigación y libre determinación de las políticas culturales, así como la forma de elegir a sus autoridades -indicó Pérez Pintor- quedan pendientes la libre determinación de la aplicación de las partidas presupuestarias y los ingresos generados de una manera trasparente de cara a una sociedad que así lo exige.

Resaltó la importancia de cumplir con postulados que deben de ir de la mano de la mancuerna Universidad-Autonomía como responsabilidad social, derechos humanos, no violencia de género, transparencia y rendición de cuentas.

Tzutzuqui Heredia Pacheco, directora de la Facultad de Historia, fungió como moderadora en este seminario que se llevó a cabo en el auditorio de dicha dependencia.

Al concluir la exposición de los tres conferencistas, Serna González entregó un reconocimiento a cada uno de ellos agradeciendo su participación en la reflexión del significado de ser parte de una institución con cien años de autonomía.