Michoacán, será pionero en la producción de bioetanol a base de agave mezcalero y tequilero
27 mayo, 2013
Morelia, Mich., 26 de mayo del 2013. El agave tequilero y el agave mezcalero en un futuro podría ser empleado para otros fines más allá de la elaboración de bebidas embriagantes. Un investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo estudia, junto con un grupo de colaboradores, la posibilidad de aprovechar de manera integral ambas plantas con fines bioenergéticos.
Se trata de un proyecto novedoso a nivel mundial mediante el cual se busca producir bioetanol de segunda generación con base en este tipo de materiales celulósicos, con lo que Michoacán se colocará como pionero en la investigación y desarrollo de este combustible renovable.
La Facultad de Ingeniería Química será la sede que albergará una planta piloto para el desarrollo del bioenergético, misma que será instalada en Agosto próximo.
“Estamos haciendo todo lo posible para dejar la primera aportación para el desarrollo de biocombustibles en México”, indicó a través de un comunicado de prensa el doctor en Ingeniería Química, Agustín Jaime Castro Montoya.
Luego de que el bioetanol, denominado de primera generación –aquellos producidos a partir de la fermentación de vegetales como el maíz y la caña de azúcar- ha generado una discusión respecto a qué resulta más importante privilegiar, si la producción de alimentos o la producción de bioenergéticos, científicos se han dado a la tarea de indagar sobre otras alternativas de combustibles de materias primas que no se encuentren dentro de la cadena alimenticia del ser humano.
Previamente, el profesor de la máxima casa de estudios en la entidad ha estudiado, tanto a nivel experimental como de simulación, las diferentes etapas que se requieren para el proceso de producción de bioetanol a base de materiales celulósicos.
En la investigación de la producción de bioetanol a partir del agave del tequila y el agave del mezcal, participan investigadores de la Universidad Michoacana, del Tecnológico de Celaya, así como de la Universidad de Guanajuato.
La intención es aprovechar de manera integral ambas plantas. “Primero queremos conocer cuál es su composición química, qué porcentaje de hojas y de piña tiene, y cuánto de azúcar produce de forma natural y cuánto de fibra. Con base en esta apreciación, haremos un estimado teórico de cuál sería la producción global que pudiéramos sacar de alcohol por cada unidad básica de la planta. Posteriormente, vendría la parte experimental a nivel piloto, para ver que descubrimientos pudiéramos lograr en la práctica”, explica.
La planta piloto tendrá las tres etapas básicas del proceso de producción de etanol celulósico: de hidrólisis – la ruptura de la matriz celulósica hacia azúcares-, de fermentación –la transformación del azúcar a alcohol-, y de separación –a fin de obtener alcohol puro-.
El costo de la planta será de 6 millones de pesos, lo cual se compensará con los resultados, ya que tendrían un impacto científico, tecnológico y social. Al demostrar que el bioetanol, producto del agave tequilero y del agave mezcalero es redituable, se abriría el campo al desarrollo de bioenergías factiblemente aplicables y sobretodo, compatibles con el medio ambiente.
A manera de conclusión, el investigador nicolaita manifestó que se ha comprobado que los combustibles de bioetanol reducen las emisiones de monóxido y dióxido de carbono hasta en un 70 por ciento, así como una considerable disminución de las emisiones de óxido de nitrógeno.
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