Indispensable, responsabilidad social en las universidades para erradicar la desigualdad social: François Vallaeys

Morelia, Mich., 21 de noviembre del 2013.-  La responsabilidad social es fundamental para erradicar la desigualdad social y crear una sociedad justa y sostenible, así lo aseguró el consultor internacional de la UNESCO, François Vallaeys, en su conferencia dictada en el Centro Cultural Universitario, “La Responsabilidad Social Universitaria como Modelo de Excelencia Académica”.

En la ponencia impartida dentro del marco del curso de formación de actores universitarios en responsabilidad social universitaria, que realiza la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) para sus profesores, aseveró que según el Instituto ETHOS, de Brasil, es necesario crear políticas públicas de responsabilidad social, para que deje de ser un tema empresarial y voluntario y comience a ser un tema de todos por medio de leyes, además del voluntarismo.

Al referirse al estilo de vida en países como el nuestro, el especialista dijo que “se firman cheques en blanco de un planeta que sobre explotamos tanto en su naturaleza como en su gente; tenemos que resolver este problema global haciendo desde lo local todo lo que podamos hacer, todos somos corresponsables de cambiar este mundo”.

Afirmó que se ha proyectado mal el desarrollo social ya que no es equitativo y en lugar de que todos gozáramos de la zona de sostenibilidad, hoy en día nos encontramos muy alejados, posicionandonos como una sociedad sistémicamente insostenibles en el planeta.

“La universidad tiene un desafío importante que tarde o temprano tiene que enfrentar, seguramente entrará en contradicción porque tienen la tarea de formar buenos profesionistas, sin embargo ninguno podrá trabajar bien en un desarrollo equivocado. No es formar buenos profesionales, sino buenos profesionales socialmente responsables capaces de cambiar el sistema”.

Agregó que es urgente superar la visión estrecha, individualizada y voluntarista de una ética personal, situación que se puede lograr enseñando desde la universidad las tres dimensiones de la ética: virtud, justicia y sostenibilidad, logrando con ello que la responsabilidad social sea territoral para que implique corresponsabilidad de la sociedad.

En este sentido aseguró que no estamos acostumbrados a la nueva ética con tres dimensiones, motivo por el que la universidad juega un papel fundamental fungiendo como corazón de la responsabilidad social, enseñando que más allá de los actos debemos ser responsables también de nuestros impactos; los impactos no son actos, no son lo que hacemos sino lo que hace aquello que hacemos.

La responsabilidad social pide competencias sistémicas y cognitivas que se deben enseñar en las universidades para lograr tres metas planteadas en corresponsabilidad para con la sociedad: generar riquezas, producir bienes y servicios y retornar a la sociedad sus impuestos.

Para lograr una gestión socialmente responsable se deben tomar en cuenta cuáles son los impactos negativos,  qué debemos hacer para suprimirlos, con quién debemos asociarnos para lograrlo y qué valor compartido vamos a crear con esto, sin embargo todos parten de la cuarta pregunta, por lo que no nos damos cuenta de los propios impactos llevando un doble discurso tanto en las universidades como en las instituciones y en la sociedad.

“Hace falta tejer vínculos para juntos arreglar problemas, nadie puede gerenciar sus impactos a solas; la coherencia se obtendrá por medio de la cultura de la transparencia porque no esconde errores, los errores son  de todos y sirven para  progresar; si lo practicamos en la universidad no sólo enseñaremos sino también aprenderemos”.

Finalmente dijo que el modelo de la responsabilidad social se tiene que construir de acuerdo al territorio creando capital social para lograrlo, pues las soluciones existen y un cambio de sistema es posible mediante las economías de flujo, circular y  de funcionalidad.

“Cualquier universidad tiene impactos negativos porque está inmersa en su mundo, deben de empezar a reflexionar sobre sus propios impactos y mejorar sus procesos para lograr ser instituciones justas y sostenibles”, concluyó.

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